Parece que vivimos en una época de gran ansiedad; las guerras, la profundización de la desigualdad económica y la crisis climática hacen que muchos de nosotros seamos cada vez más incapaces de hacer frente a nuestros estados emocionales. ¿Cómo afecta la situación de la paz y la salud mundiales a nuestro bienestar? Lo descubriremos leyendo un nuevo informe preparado por Gallup en colaboración con la Cumbre Mundial de la Salud El estado de la salud emocional en el mundo 2025. Este análisis, con el fin de mostrar la relación entre la paz y las emociones negativas, se basó en datos de más de 145.000 entrevistas realizadas en 144 países y regiones.
El estado de la salud emocional en el mundo
Cuando nos enfrentamos a desafíos emocionales graves, nuestro bienestar comienza a deteriorarse, y esto no se debe únicamente a nuestras actitudes individuales ante la vida. Por el contrario, con frecuencia es el resultado de la realidad en la que hemos venido a vivir. La prueba de ello son los resultados de investigaciones que muestran un fuerte vínculo entre los sentimientos de tristeza, enfado y preocupación y la situación de un país determinado, ya sea que sufra amenazas, guerra, peligro o falta de armonía social.
El último informe de la encuesta mundial de Gallup de 2024 muestra que, en todo el mundo, cada vez más adultos luchan contra el estrés y la preocupación. Hasta el 39% admitió que había sentido mucha preocupación el día anterior, y el 37%, mucho estrés. Esto representa un aumento en comparación con hace una década y una señal de que cientos de millones de personas experimentan dificultades emocionales a diario. A pesar de esto, las emociones positivas se mantienen en un nivel estable. La mayoría de las personas todavía se sienten respetadas (88%) y experimentan la risa, la alegría y el buen descanso todos los días (alrededor del 73%). Esto demuestra que, a pesar de la crisis emocional, también podemos alimentarnos de esperanza. Sin embargo, no cabe duda de que sigue siendo extremadamente importante tratar la paz no solo en términos políticos, sino también en términos humanos, como un elemento común a nuestras experiencias y elecciones diarias.
Paz, salud y bienestar: ¿cómo se combinan?
Una nueva investigación muestra que la ira y la tristeza están estrechamente relacionadas con las puntuaciones más bajas tanto en el Índice de Paz Global, que mide la ausencia de violencia y conflicto, como en el Índice de Paz Positiva, que evalúa las instituciones y estructuras que apoyan la estabilidad a largo plazo. Esto demuestra que las medidas emocionales de Gallup no solo reflejan una situación en la que no hay conflicto en una región determinada, sino que también destacan bases mucho más profundas que contribuyen a la estabilización de una paz duradera. Estos fondos son, por ejemplo, la justicia, la seguridad y el bienestar en la vida cotidiana. Estos son los valores de la vida social que, cuando no nos vemos amenazados por una crisis más grave, a menudo nos olvidamos de reconocer y apreciar, y son precisamente estos principios los que prevalecen en un país determinado los que construyen la resiliencia de las sociedades ante crisis mayores, que a veces provienen del exterior, por ejemplo, como la crisis climática o la guerra.
Estas dependencias tienen una relevancia directa para la salud. Los datos de Gallup muestran que las emociones negativas cotidianas están relacionadas con una esperanza de vida más corta. En los lugares donde la paz es frágil, las personas tienen más probabilidades de sentir ira y tristeza y, en promedio, las poblaciones viven menos. Estos resultados ponen de manifiesto por qué los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas —el ODS 3 (Buena salud y bienestar) y el ODS 16 (Paz, justicia e instituciones sólidas) — no pueden tratarse por separado. Cuando falta paz, los sistemas de salud y las comunidades se debilitan, y la vida cotidiana se vuelve más difícil y menos segura. Cuando hay paz, la salud y el bienestar emocional tienen la oportunidad de prosperar. Por lo tanto, las emociones pueden servir como una especie de «indicadores vitales» del estado de nuestras sociedades. Puede leer más sobre los objetivos de las Naciones Unidas en nuestros artículos: Objetivo de Desarrollo Sostenible: Salud y bienestar y Objetivo de Desarrollo Sostenible: Paz, justicia e instituciones sólidas.
La importancia de la cultura y la libertad para nuestro bienestar
Las emociones cotidianas de las personas dependen no solo de lo que sienten a nivel de control individual sobre sus emociones, sino también de la cultura en la que viven. En algunas sociedades, mostrar alegría es una costumbre cultural, por lo que es más probable que las personas admitan que se rieron o sonrieron el día anterior. En otras, por otro lado, se valora la moderación, por lo que la sensación de placer puede subestimarse, incluso cuando el nivel de vida es alto.
Lo que consideramos felicidad se define de manera diferente en las diferentes culturas. En algunas partes del mundo, a pesar de los aparentes hábitos de sonreír y las actitudes positivas (que suelen observarse en las culturas occidentales, como la estadounidense), hay problemas ocultos que la gente se avergüenza de mostrar. En los países del este, como los países poscomunistas, la expresión moderada de las emociones se ha convertido en la norma, lo que puede traducirse en dificultades para buscar ayuda profesional en caso de crisis mental y, a veces, conducir a la solución de problemas mediante el abuso del alcohol. Por supuesto, se trata de algunas simplificaciones: cada país, a pesar de ciertas tendencias culturales, también difiere a nivel de regiones y comunidades más pequeñas.
Lo mismo ocurre con las emociones negativas: en algunas culturas, las personas minimizan el estrés o la preocupación para mostrar fortaleza, mientras que en otras hablan abiertamente sobre ellas.
Algunos países, como Dinamarca, Paraguay o Indonesia, suelen estar a la vanguardia en términos de experiencias cotidianas positivas, como la risa, el placer o el sentido del respeto. México, Panamá y Guatemala también ocupan un lugar destacado, lo que demuestra que las emociones positivas no están reservadas exclusivamente a los países más ricos o seguros. La cultura y la vida social desempeñan aquí un papel importante, ya que moldean la forma de experimentar y expresar los sentimientos. En nuestro artículo anterior escribimos sobre el nivel de felicidad en cada país. ¿El país más feliz del mundo en 2025? Comprobamos qué lugar ocupó Polonia en el ranking del Informe Mundial sobre la Felicidad.
resumen
La paz mundial, la salud y el bienestar emocional están estrechamente relacionados: la falta de paz en el país se traduce en más estrés, ira y una esperanza de vida más corta. Al mismo tiempo, la cultura y las experiencias sociales cotidianas moldean la forma en que sentimos alegría, risa o sentido de respeto. Un nuevo informe de Gallup y la Cumbre Mundial de la Salud muestra que invertir en la paz y en instituciones justas es clave para la salud y el bienestar de sociedades enteras. Fuentes:
- https://www.gallup.com/analytics/349280/state-of-worlds-emotional-health.aspx
- https://www.who.int/news/item/02-09-2025-over-a-billion-people-living-with-mental-health-conditions-services-require-urgent-scale-up





