Los tiempos modernos traen consigo muchas comodidades tecnológicas; además, en el trabajo utilizamos cada vez más las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) Tecnologías de la información y la comunicación). Por un lado, aceleran muchos procesos y aumentan la flexibilidad del trabajo, pero por otro lado conllevan el riesgo de abuso. La comunicación por correo electrónico, mensajes de texto, voz, audio y visuales, la falta de plazos rígidos (facilitados por el acceso a la mensajería instantánea las 24 horas del día y la constante «conexión»), las redes sociales o la mensajería instantánea: todo esto afecta a la calidad de nuestra comunicación, pero también puede convertirse en otra herramienta de violencia y control. En resumen: cuanto mejor sea el acceso a la tecnología, mayor será el potencial de abuso. Un peligro particular es que, como resultado del desarrollo de la tecnología, a menudo estamos constantemente presentes en el trabajo; ya escribimos sobre esto, entre otros, en el artículo Empleados: el derecho a estar desconectados así como una serie de artículos sobre acoso: Acoso laboral: una nueva definición en la ley, Acoso laboral: causas y efectos, Acoso laboral: contramedidas y herramientas de ayuda.
Definición de fenómeno
Ciberacoso (Ing. ciberacoso, ciberacoso) es un fenómeno que puede causar daños a una escala mucho mayor que el acoso tradicional. ¿Por qué? Gracias a la disponibilidad de mensajería instantánea, el autor puede atacar con mayor frecuencia, rapidez y intensidad.
Vale la pena señalar las diferencias significativas entre el acoso tradicional y el ciberacoso. En el modelo clásico, los agresores no suelen ser anónimos: se conoce su identidad y la violencia a menudo tiene lugar delante de otras personas. La presencia de testigos puede aumentar las probabilidades de que se produzca una reacción por parte del entorno o de denunciar un abuso. Esto también es importante para la víctima, quien, si decide avisar a las instituciones o departamentos pertinentes del trabajo, puede indicar a las personas que confirmen su versión de los hechos. En este caso, la evaluación de la situación se vuelve más confiable. En el caso del ciberacoso, el autor suele actuar de forma anónima, ocultándose detrás de un apodo, una cuenta falsa o un número desconocido. El ataque puede ser directo y personal, pero al mismo tiempo estar completamente oculto al entorno. La víctima se queda sola con esto, sin apoyo, y el aumento de los ataques puede agravar su sentimiento de soledad e impotencia. Además, el ciberacoso puede trascender los límites del tiempo y el lugar de trabajo: el agresor tiene acceso a la víctima incluso fuera del horario laboral, gracias a una presencia constante en Internet. Esto hace que el campo de ataque sea mucho más amplio y que la víctima sea más vulnerable.
Por supuesto, cualquier forma de acoso, tanto tradicional como ciberacoso, es un fenómeno grave que requiere respuesta y contraataque.
¿Qué formas puede adoptar el ciberacoso?
En el sitio web del Consejo de Europa puede encontrar una breve nota explicando lo que entra dentro del alcance de este concepto, a pesar de que todavía falta un lenguaje uniforme para describir el fenómeno.
En la práctica, la ciberviolencia puede adoptar muchas formas, desde el acoso y la invasión de la privacidad hasta el abuso sexual y los delitos motivados por prejuicios contra grupos sociales o comunidades específicos.
También puede incluir amenazas directas, violencia física y varios tipos de ciberdelincuencia. Actualmente, falta un vocabulario uniforme y una tipología establecida de acciones que se consideran ciberacoso. Muchas de sus formas son penetrantes, superpuestas o son una combinación de diferentes actos de violencia.
¿Qué es y qué no es la violencia en el lugar de trabajo?
En la guía CIOP-PIB encontramos una distinción muy válida entre las conductas que califican o no para la violencia/ciberacoso. Esta distinción nos permite refinar la definición. Comportamientos que clasificamos como ciberacoso:
- Ignorar intencionalmente correos electrónicos, teléfonos u otras formas de comunicación electrónica iniciadas por el empleado;
- Transferir el contenido del mensaje del empleado a terceros para dañar su reputación;
- Expresión pública de críticas a los resultados del trabajo del empleado con el uso de herramientas digitales;
- Ocultar información, correos electrónicos o documentos relevantes, lo que dificulta o imposibilita que el empleado desempeñe sus funciones;
- Difundir rumores o información falsa sobre el empleado por medios electrónicos;
- Insultar, intimidar o amenazar a un empleado mediante herramientas de información y comunicación;
- Formular comentarios ofensivos sobre el origen, la apariencia, las creencias o la vida privada del empleado a través de medios digitales;
- Adquisición no autorizada de información sobre la vida privada del empleado (lo que se conoce como hackeo) y su uso para ridiculizarlo o desacreditarlo.
Comportamientos que No calificamos como ciberacoso, suelen ser aquellas que, si bien pueden resultar difíciles y percibirse como problemáticas, se inscriben realmente en el marco de las actividades profesionales habituales.
- Establecer los objetivos específicos del empleado y los plazos realistas para la implementación de las tareas;
- Mantener conversaciones honestas y constructivas con el empleado sobre los resultados insatisfactorios de su trabajo;
- Decidir no conceder un ascenso por razones sustantivas y relacionadas con las funciones desempeñadas;
- La aplicación de medidas disciplinarias o la terminación de la cooperación con el empleado sobre la base de razones reales y justificadas.
Datos
La prevalencia del ciberacoso va en aumento, según datos mundiales, incluida la encuesta Foresight de la EU-OSHA de 2018 [11], que reveló que el ciberacoso ya prevalecía en muchos lugares de trabajo de diferentes sectores y va en aumento. Los autores del estudio sugirieron que perseguir objetivos profesionales a través de Internet y las redes sociales puede aumentar el ciberacoso por parte de la competencia, los compañeros, las partes interesadas o los cibertrolls. La pérdida de habilidades comunicativas también se ha sumado a las amenazas posteriores recogidas en el informe: el intercambio de conversaciones cara a cara a una conversación virtual difumina el límite emocional y puede favorecer un tono de comunicación negativo y un lenguaje hostil.
El estudio ESENER realizado por la EU-OSHA en 2019 muestra: Casi el 60% de las empresas identificaron la violencia como un factor de riesgo importante en el lugar de trabajo, frente al 54% registrado en 2014. Sin embargo, no se sabe exactamente hasta qué punto la digitalización progresiva o los casos específicos de ciberacoso son los responsables de este aumento.
El estudio OSH Pulse de 2022, que incluyó a 27 000 empleados de países de la UE, señaló que algunas formas de tecnología digital pueden aumentar el riesgo de sufrir violencia y acoso. Las personas que usaban computadoras de escritorio tenían más probabilidades de reportar tales experiencias que las que no las usaban (64% frente a 59%). Sin embargo, no está claro en qué medida este aumento está directamente relacionado con el ciberacoso.
Otro estudio europeo en el que participaron interlocutores sociales de sectores como la salud, la educación, la administración pública, el comercio y la protección preguntó sobre la magnitud del ciberacoso en el trabajo. El 11% de los encuestados identificó el ciberacoso como la principal forma de violencia en el lugar de trabajo, tanto como el acoso sexual, pero menos que el acoso verbal (15%) y la violencia psicológica y física (13% cada uno).
¿Quién está expuesto?
El Convenio 190 de la OIT (artículos 2 y 4) establece que la protección contra la violencia y el acoso, incluido el ciberacoso en el lugar de trabajo, debe abarcar no solo a los trabajadores, sino también a los solicitantes de empleo, los ejecutivos, los empleadores y terceros, como pacientes, clientes o demandantes. Sin embargo, teniendo en cuenta las características del fenómeno del acoso y los datos estadísticos disponibles, vale la pena recordar que ocurre con mayor frecuencia en la relación entre un superior y un subordinado. Es este arreglo el que favorece el abuso de poder y la explotación de la ventaja de la influencia, aunque, por supuesto, esto no excluye la aparición del acoso en otras configuraciones de las relaciones profesionales.
También podemos analizar los datos relacionados con profesiones y áreas profesionales específicas. Una revisión de la literatura también indica una escala significativa del ciberacoso en varias profesiones: Afecta a entre el 14 y el 20% de los trabajadores universitarios del Reino Unido, al 22% de los profesores de la República Checa, al 22% de los periodistas de Suecia y al 72% de los trabajadores de la administración pública de Australia.
Lamentablemente, como suele ocurrir, nos enfrentamos nuevamente al problema de la interseccionalidad, es decir, la superposición de diferentes categorías sociales que refuerzan los mecanismos de discriminación contra grupos e individuos. En el caso de la investigación sobre el ciberacoso, las mujeres resultan ser un grupo particularmente vulnerable. Una encuesta mundial realizada en 2021 por la Coalición Generacional, Igualdad y Acción sobre Tecnología e Innovación de las Naciones Unidas reveló que El 38% de las mujeres han sufrido violencia en el espacio digital.
Las mujeres jóvenes en el lugar de trabajo corren el mayor riesgo, especialmente cuando se trata de acoso sexual, amenazas y otras formas de agresión en línea. Si además tenemos en cuenta la profesión o el rol social desempeñado, como en el caso de las mujeres periodistas, queda claro cómo estas categorías se cruzan, lo que aumenta el riesgo de violencia.
Una investigación del mismo año destaca que el ciberacoso a las mujeres periodistas se agrava particularmente cuando cubren temas relacionados con la política, el derecho, la economía, los deportes, los derechos de las mujeres o el feminismo. La violencia contra ellas suele ser más grave que la de las periodistas y puede incluir amenazas de violación, comentarios de naturaleza sexual u ofensiva, así como amenazas dirigidas contra sus seres queridos.
Datos sobre la prevalencia del acoso en Polonia
Según el informe de UCE RESEARCH y la plataforma epsycholodzy.pl, publicado en el sitio web del Servicio de Gobierno Local del PAP, en la segunda mitad de 2023, hasta el 41,4% de los polacos que trabajan experimentaron un comportamiento de acoso en el lugar de trabajo.
Las formas de acoso denunciadas con más frecuencia incluyen:
- Asignación de tareas sin sentido (10,3%)
- chismes y chismes (9,8%)
- emitir órdenes contradictorias (9,6%),
- comentarios que indican celos o envidia (9%)
- gritos, maldiciones e insultos (8,4%).
En años anteriores, la mayoría de las veces La forma de acoso denunciada con más frecuencia fueron los gritos y las palabrotas; su porcentaje disminuyó 4,6 puntos porcentuales en comparación con el año anterior. ¿Qué es lo que aparece con más frecuencia? Asignación de tareas por debajo de las calificaciones y competencias del empleado: aquí se registró un aumento de 2,6 puntos porcentuales interanual.
Al analizar los datos anteriores, podemos ver que el acoso laboral adopta diferentes formas, tanto en la relación superior-subordinado como entre colegas.
Impacto en los empleados y en toda la organización
Un informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) [2] subraya que una comprensión completa del mundo laboral moderno es crucial para contrarrestar eficazmente el ciberacoso, que, debido a su especificidad, puede ocurrir en cualquier lugar y en cualquier momento.
Según Safe Work Australia y la Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo:
Los comportamientos como la violencia, la agresión, el acoso y el acoso sexual pueden tener importantes efectos a corto y largo plazo en la salud física y mental de una persona, incluso cuando se llevan a cabo en línea o mediante tecnologías digitales.
Los efectos cada vez mayores del ciberacoso pueden provocar estrés intenso, ansiedad y un deterioro de la salud mental. Las consecuencias negativas incluyen: disminución de la autoestima, aparición de pensamientos suicidas, sentimientos de ira y frustración, así como el desarrollo del trastorno de estrés postraumático (TEPT).
Desde la perspectiva de las organizaciones, el ciberacoso se traduce en un ausentismo más frecuente de los empleados, una disminución de la motivación, la productividad y la eficiencia. Esto se traduce en costos reales, especialmente si las víctimas deciden dejar el trabajo, lo que implica la necesidad de contratar y desplegar a nuevas personas. Además, las relaciones en el trabajo se deterioran, lo que también afecta a la reputación de la empresa y a todo su funcionamiento. Además, para el equipo, esto a menudo significa la pérdida de un colega valioso y comprometido.
resumen
Para cuidar eficazmente la cultura organizacional, vale la pena seguir y comprender los nuevos fenómenos que, con el desarrollo de la tecnología, tienen un impacto cada vez más fuerte en el mercado laboral, el funcionamiento de la organización y el bienestar de sus miembros. El ciberacoso puede tener graves consecuencias tanto a nivel individual como a nivel de la empresa en su conjunto. En el siguiente artículo te mostraremos cómo se puede contrarrestar en el lugar de trabajo mediante el uso de las herramientas adecuadas.
Fuentes
- https://m.ciop.pl/CIOPPortalWAR/file/94408/BP_3_2022_16_19.pdf
- https://m.ciop.pl/CIOPPortalWAR/file/96144/Radzenie_sobie_z_cyberprzemoca_w_miejscu_pracy.pdf
- https://www.safeworkaustralia.gov.au/safety-topic/hazards/workplace-violence-and-aggression/online-abuse-workplace
- https://www.safeworkaustralia.gov.au/sites/default/files/2021-05/Workplace_online_abuse_workers.pdf
- https://oshwiki.osha.europa.eu/en/themes/cyberviolence-and-cyber-harassment-committed-third-parties
- https://www.coe.int/en/web/cyberviolence/types-of-cyberviolence
- https://samorzad.pap.pl/kategoria/praca/raport-ponad-41-proc-polakow-doswiadcza-mobbingu-w-miejscu-pracy