Los estereotipos están en nosotros y, aunque pueden ser hirientes, a veces ayudan a simplificar el mundo, organizarlo y dividirlo según criterios claros. Uno de los ejemplos más vívidos es la división en género y todo lo que está asociado a él. Desde el punto de vista cultural, nos hemos acostumbrado a lo que es «masculino» y a lo que es «femenino», y a menudo abordamos estas distinciones de manera irreflexiva, automática e incluso categórica. Sin embargo, ante los cambios culturales y culturales, hemos empezado a darnos cuenta de que este orden binario puede ser problemático y no tiene mucho sentido. Hoy en día, vemos cada vez más a mujeres en ocupaciones dominadas por los hombres y a hombres que trabajan en profesiones tradicionalmente consideradas feminizadas.
División de categorías ocupacionales por género
¿Cuáles son las características de las profesiones «masculinas» y «femeninas»? Como ya hemos hecho esta división, vale la pena analizar las características atribuidas a ambos grupos. Las profesiones «masculinas» suelen estar mejor remuneradas, desempeñadas en mejores condiciones y percibidas como más prestigiosas. Por otro lado, las profesiones «femeninas» se caracterizan por salarios más bajos, peores condiciones de trabajo y menos reconocimiento social. También les atribuimos características identificadas con el género y competencias reconocidas como innatas o adquiridas en el proceso de socialización.
En ambos casos, solemos generalizar, argumentando que para algunos trabajos hay que ser más «masculino» y para otros más «femenino». A veces esto tiene una base biológica (por ejemplo, la fuerza física), pero en la era del desarrollo tecnológico dinámico, estas diferencias se difuminan, porque independientemente del género, nos ayudan cada vez más las soluciones mecánicas. Si bien existen diferencias en cuanto a la resistencia física y la predisposición, numerosas excepciones muestran que las mujeres están a la par de los hombres en las tareas consideradas «masculinas» y los hombres sobresalen en los campos «femeninos».
Por lo general, se considera que «femenino» es lo que está relacionado con las emociones y la sensibilidad, lo que se refleja en la realidad: las llamadas profesiones de cuidado son desempeñadas con mayor frecuencia por mujeres. Por el contrario, las cualidades «masculinas» se refieren a la fuerza física, el pensamiento racional y la acción lógica, que se asocian a profesiones como piloto o conductor.
Sociología del trabajo en términos de género
Quienes deciden seguir una carrera en un grupo ocupacional «incómodo» siguen siendo una minoría y, a menudo, sienten que no cumplen con las expectativas sociales. Los temas del trabajo y el género han sido estudiados durante años por la socióloga Dra. Olga Czeranowska, quien abordó ambos temas en su estudio «Minorías profesionales de género. Análisis de la situación de las mujeres en profesiones masculinizadas y de los hombres en profesiones feminizadas» publicado en Revisión de sociología cualitativa, así como en el podcast de la Universidad SWPS «Profesiones masculinas y femeninas y éxito profesional».
La Dra. Czeranowska destaca varios aspectos clave relacionados con la división del trabajo en función del género: el coeficiente de actividad ocupacional (datos del GUS a macroescala), brecha salarial de género (diferencias salariales), diferente equilibrio entre la vida laboral y personal (equilibrio entre la vida laboral y personal) y la segregación vertical y horizontal. Segregación vertical se refiere a una situación en la que las mujeres solo avanzan hasta un cierto nivel, lo que les impide ocupar los puestos más altos, generalmente reservados para los hombres; este fenómeno se denomina techo de cristal. Segregación horizontal se refiere a la división de las profesiones en «masculinas» y «femeninas», lo que se asocia con los estereotipos de género y ocupacionales. La Dra. Czeranowska hace hincapié en que, si bien la feminización y la masculinización de las profesiones son datos estadísticos, nuestras ideas sobre los grupos ocupacionales desempeñan un papel igualmente importante. Un ejemplo es un ejercicio en el que los estudiantes tenían que dibujar un grupo profesional de peluqueros y bomberos; el predominio de las mujeres en el primero y de los hombres en el segundo era evidente, lo que demuestra el poder de los estereotipos.
Perspectivas; masculinas, femeninas.
Del estudio Zevite las minorías de género. Análisis de la situación de las mujeres en profesiones masculinizadas y de los hombres en profesiones feminizadas (2024) descubrieron que los hombres tenían más probabilidades que las mujeres de sentirse únicos y destacar en el lugar de trabajo, lo que atribuían a su apariencia física. También señalaron que su posición conlleva beneficios, como un mejor trato por parte de los compañeros o un establecimiento más fácil de relaciones profesionales. Al mismo tiempo, no había ejemplos claros de la «escalera mecánica de cristal», es decir, el camino acelerado hacia el progreso de los hombres en entornos laborales feminizados. Cabe destacar el fenómeno de la sensación de ser la llamada «pasa» del grupo, que con más frecuencia define a los hombres en relación con el grupo femenino. Las personas que participaron en el estudio también consideraron que, al ser una «pasa», se ahorraban algunos de los aspectos menos agradables de su trabajo. En el caso de las mujeres en TI, se trataba, por ejemplo, de situaciones de conflicto (especialmente en el caso de clientes con mentalidad negativa). A su vez, uno de los maestros del jardín de infantes dijo que lo alentaban a pedir ayuda a la señora de la limpieza si tenía algún problema en lo que respecta al cuidado de los niños desde el punto de vista «higiénico y ordenado».
El problema de las tareas asignadas
Las minorías profesionales, además de los roles sociales, suelen desempeñar tareas relacionadas con los estereotipos de género. Un hombre que trabaja como profesor puede desempeñar funciones relacionadas con la enseñanza de habilidades específicas (y no, por ejemplo, con el desarrollo de la empatía, que está asociado con un sistema de aprendizaje un poco diferente y más complejo). También es más probable que trate con niños mayores y enseñe materias de naturaleza mensurable. En el estudio, los hombres que ocupan estas posiciones señalaron que su presencia en las escuelas u otras instituciones educativas desafía los agresivos modelos tradicionales de crianza basados en actitudes más agresivas y violentas.
Las entrevistas con mujeres que trabajan en las industrias de TI indicaron que se centraba en las habilidades sociales y de comunicación; a las mujeres que trabajaban en este campo a menudo se les asignaban tareas relacionadas con el contacto con los clientes y, con menor frecuencia, se centraban en los aspectos técnicos del trabajo. Una nueva tendencia es la feminización de los puestos de evaluación, que proporcionan una vía de acceso a la industria para las personas sin formación técnica. Las mujeres que participaron en el estudio no atribuyeron elementos relacionados con el género a su trabajo, a diferencia de los hombres, que hicieron hincapié, por ejemplo, en el papel de un modelo masculino. En cambio, se centraron en la identidad profesional y no abordaron las diferencias físicas.
Informe La mujer en las competiciones masculinas
En 2019, el centro de investigación DeLab UW para redes de mujeres emprendedoras llevó a cabo un estudio sobre una muestra de 1000 polacas, cuyo objetivo era mostrar si los estereotipos ocupacionales aún se mantienen con fuerza en la sociedad y si se reflejan en el mercado laboral.
Una breve descripción de parte de los resultados del estudio permite comprender a qué nos enfrentamos a diario a la hora de elegir una trayectoria profesional.
Profesiones como:
- Profesiones técnicas y relacionadas con las nuevas tecnologías y conductor (66%),
- robotista (65%),
- programador (59%).
Las profesiones femeninas están asociadas a las relaciones interpersonales, por ejemplo:
- diseñador de interiores(53%),
- farmacéutico (52%).
Las divisiones tradicionales las mantenían especialmente los encuestados más jóvenes (hasta 29 años), que consideraban que los puestos directivos, salvo excepciones (director de recursos humanos: 22%), estaban en manos de los hombres. Si bien los cambios culturales están progresando, el «mundo masculino» de la profesión sigue estando claramente delineado, mientras que los límites del «mundo femenino» son menos claros.
El informe subraya la necesidad de romper aún más estos estereotipos que aún moldean las percepciones de las generaciones jóvenes sobre los roles de las mujeres y los hombres en el trabajo.
resumen
Los estereotipos ocupacionales siguen moldeando fuertemente la división del mercado laboral, atribuyendo características de género a las ocupaciones, lo que lleva a desigualdades en los salarios, las condiciones de trabajo y el prestigio, particularmente en los sectores técnico y asistencial. Las personas que trabajan en grupos ocupacionales «desiguales» suelen sentirse especiales y hacer frente a presiones sociales, aunque cada vez son más las mujeres que optan por trabajar en industrias masculinizadas y los hombres se dedican a profesiones feminizadas, como la educación o el cuidado. A pesar de que los cambios culturales y tecnológicos están difuminando gradualmente las brechas tradicionales, las investigaciones indican que las generaciones más jóvenes siguen perpetuando los estereotipos, lo que demuestra lo importante que es seguir eliminando los prejuicios de género en el mercado laboral.
Fuentes
- https://czasopisma.uni.lodz.pl/socjak/issue/view/1879/881
- https://web.swps.pl/strefa-zarzadzania/artykuly/25248-zawody-meskie-i-kobiece-a-sukces-zawodowy-podcast
- https://kadry.infor.pl/wiadomosci/6703598,zawody-meskie-i-kobiece-jak-kobiety-i-mezczyzni-odnajduja-sie-w-niety.html
- https://siecprzedsiebiorczychkobiet.pl/kobiety-w-meskich-zawodach-raport/
- https://www.delab.uw.edu.pl/wp-content/uploads/2020/09/Kobiety-w-meskich-zawodach_raport-1.pdf